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11 noviembre 2022

Minería Bitcoin: Precisiones para el Debate Ambiental

Juan Ignacio Pitta
Juan Ignacio Pitta

Bitcoin y la tecnología blockchain sin dudas han irrumpido como la revolución tecnológica más grande que el dinero y el sistema financiero – monetario haya visto en las últimas décadas. El movimiento de Bitcoin y en forma más amplia las critpomonedas presentan una potencial alternativa a la dominancia del dólar de Estados Unidos, o cualquier otra moneda “hegemónica”, como moneda internacional de reserva[1] que ilusiona a los más románticos defensores del liberalismo económico. Sin perjuicio de las múltiples ventajas que brinda un sistema monetario virtual como Bitcoin, sus más severos críticos han logrado instalar un debate ambiental poco preciso en torno al sistema de “minería” que permite su funcionamiento, generando importantes reacciones de rechazo en redes sociales y medios de comunicación. Recientemente, Bloomberg publicó un artículo en el que calificaba a Bitcoin de ser un «negocio increíblemente sucio.» ¿Cuánto en ello es cierto y cuanto se debe a la desinformación o desconocimiento sobre su funcionamiento y costo energético?

COMO SE PRODUCE EL BITCOIN Y QUÉ ES LA MINERÍA”. Para entender cómo se origina un bitcoin, resulta imprescindible referirnos al sistema de “prueba de trabajo” (en inglés “proof of work”). Este proceso es lo que permite que la red descentralizada de computadores que ejecutan Bitcoin se mantenga sincronizada entre sí. De hecho, esta invención es lo que permite realmente separar a Bitcoin de cualquier intento anterior de crear dinero digital. Mientras que el dinero tradicional se crea a través de los bancos (centrales), los bitcoins son «minados» por los mineros de Bitcoin: participantes de la red que compiten por ser el único computador que pueda registrar todas las transacciones recientes. Si un computador consigue ganar esta competición, podrá obtener algún bitcoin como recompensa por sus esfuerzos[2]. Los mineros de Bitcoin ordenan cronológicamente las transacciones de la red incluyéndolas en los bloques de Bitcoin que encuentran – utilizando equipos conocidos como hardware de minería de Bitcoin, que pueden consistir en dispositivos individuales o equipos de minería. Estos dispositivos de hardware son computadores especializados diseñados y fabricados para resolver de la manera más eficiente el difícil problema computacional de encontrar (desencriptar o minar) el siguiente bloque de Bitcoin[3]. Cualquiera puede convertirse en minero, siempre que tenga el hardware y el software adecuados.

CONSUMO ENERGÉTICO DE LA MINERÍA BITCOIN. Paraque los computadores que se encuentran compitiendo para registrar las transacciones de la red funcionen adecuadamente, la minería Bitcoin requiere de un alto consumo energético. De hecho, una de las principales consideraciones de los mineros es la rentabilidad de sus costes energéticos vis-avis las posibles recompensas que reciben en bitcoins por ser los primeros en registrar las transacciones del siguiente bloque. De acuerdo con un estudio realizado por Cambridge Center of Alternative Finance, actualmente Bitcoin consume alrededor de 110 Teravatios hora al año, el 0,55% de la producción mundial de electricidad, o el equivalente al consumo de energía anual de países como Malasia o Suecia[4]. Diversos activistas ambientales han expuesto los efectos perniciosos provocados por las plantas de gas natural distribuidas alrededor del mundo que generan energía para la minería Bitcoin, y que producen el sobrecalentamiento de lagos, contaminación acústica y en definitiva el alejamiento de los objetivos climáticos. El reportaje de Protocol sobre los efectos de la planta de minería Greenwich sobre el Lago Seneca en el Estado de Nueva York, es un ejemplo de como la población local le atribuye la responsabilidad del deterioramiento de los recursos naturales y de la calidad de vida de la zona, a aquellos mineros Bitcoin que buscan en todo el mundo lugares con energía barata para establecerse y maximizar sus beneficios. Por otro lado, los defensores de Bitcoin han denominado al sistema de consumo energético de la minería Bitcoin como “la conversión más directa y eficiente del mundo de la energía bruta en valor.” ¿Cómo podemos explicar un debate sobre el consumo energético de Bitcoin con posiciones extremadamente apartadas?

ERRORES CONCEPTUALES DEL DEBATE ENERGÉTICO BITCOIN. Para poder realizar un análisis transparente sobre el consumo energético de la minería Bitcoin, como punto de partida debemos reconocer que se trata de un debate en gran medida con posiciones relativas, pues quienes creen que Bitcoin no ofrece ninguna utilidad y consiste en un esquema piramidal o dispositivo para el lavado de dinero, o mera especulación financiera reservada para unos pocos, entonces sería lógico concluir que consumir cualquier cantidad de energía es un desperdicio. En cambio, quienes utilizan Bitcoin como una alternativa válida a la centralización monetaria, la inflación o los controles de capital, lo más probable es que piense que la energía está muy bien gastada.

Por otra parte, resulta importante diferenciar el consumo energético de la cantidad de emisiones de carbono emitidas. Aunque determinar el consumo de energía de Bitcoin es relativamente sencillo, no se pueden extrapolar las emisiones de carbono asociadas sin conocer el mix energético preciso, es decir, la composición de las diferentes fuentes de energía utilizadas por los computadores que minan Bitcoin. Por ejemplo, una unidad de energía hidráulica tendrá un impacto medioambiental mucho menor que la misma unidad de energía de carbón[5]. A su vez, resulta sorprendentemente difícil realizar comparaciones entre la huella energética de Bitcoin y otras actividades industriales, puesto que los conjuntos de datos sobre la huella energética de otras industrias no suelen ser totalmente fiables al no estar estandarizados, ser producidos o mantenidos por varias partes interesadas que persiguen intereses diferentes, y basarse en modelos teóricos distintos que utilizan metodologías e hipótesis diferentes a los utilizados por Bitcoin, y/o limitados a una zona geográfica o un periodo de tiempo específicos. Esto da lugar a diversas estimaciones sobre la misma actividad que pueden contrastar fuertemente entre sí[6].

Otro error común es confundir el consumo energético necesario para producir Bitcoin, de aquel que se requiere para efectuar una transacción a través de Bitcoin. La mayor parte del consumo energético de Bitcoin se produce durante el proceso de minería. Una vez emitidas las monedas, la energía necesaria para validar las transacciones es mínima. Muchos académicos y periodistas utilizan el concepto de “costo de energía por transacción” para realizar comparaciones con otros métodos de pago; en este sentido, el citado artículo de Bloomberg señala que “Una transacción con Bitcoin generaría el CO2 equivalente a 706.765 pulsaciones de una tarjeta de crédito Visa”. Según lo indicado por el fundador de Coin Metrics Nic Carter, la metodología del «tipo de cambio energético» en la que se basa Bloomberg es completamente errónea. Las transacciones de Bitcoin son diferentes a las de Visa tanto en la forma como en el fondo “(…) Bitcoin es un sistema de liquidación monetaria completo y autónomo; las transacciones de Visa son transacciones de crédito no finales que dependen de procesos de liquidación subyacentes externos. Visa se apoya en ACH, Fedwire, SWIFT, el sistema mundial de bancos corresponsales, la Reserva Federal y, por supuesto, la fuerza militar y diplomática del gobierno de Estados Unidos para garantizar que todo lo anterior funcione sin problemas.” Las transacciones de Bitcoin, por el contrario, se basan únicamente en el Bitcoin. Bitcoin propone una nueva unidad monetaria y media su circulación a través del “protocolo o red Bitcoin” administrado por todos aquellos que posean los denominados “nodos” del blockchain y los mineros. En definitiva, los pagos con Visa dependen de una amplia infraestructura interconectada de compensación y liquidación mientras que las transacciones de Bitcoin son esencialmente finales y se liquidan de inmediato: son más comparables a las transferencias bancarias.

BITCOIN Y ENERGÍAS RENOVABLES. Mucho se discute sobre las externalidades causadas por la minería Bitcoin, no obstante, algunos autores han planteado una visión alternativa sobre las formas en que Bitcoin permite eficientizar el uso de energías renovables. El Bitcoin Clean Energy Initiative Memorandum (BCEIM)[7] argumenta que la minería Bitcoin presenta una oportunidad única para aprovechar la escalabilidad de las energías renovables, especialmente la energía solar y eólica. Según el BCEIM, una de las mayores deficiencias de estas fuentes energéticas frente a otras como el gas natural o la energía nuclear, es su intermitencia. Lo anterior se debe a que las horas de sol se limitan a los horarios diurnos, y el viento generalmente sopla con mayor fuerza en la noche, pero únicamente en temporada invernal. De esta forma, el suministro de energía es o abundante o no existente, mientras que la demanda energética alcanza su punto más alto durante las tardes o noches cuando las personas llegan a sus hogares, momento en el cual no existe disponibilidad abundante de energía solar ni eólica. El resultado final es una cantidad de energía significativamente mayor de la que la sociedad suele necesitar durante unas pocas horas al día y no lo suficiente cuando la demanda se dispara. Las deficiencias anteriores se ven exacerbadas por la denominada “congestión de la red” (similar al tráfico automovilístico) la cual suele ocurrir porque los proyectos solares y eólicos generalmente se construyen en zonas rurales con mucha luz solar y viento, pero con poca cobertura cercana (es decir, usuarios finales de energía)[8] y poca capacidad de transmisión. La posibilidad de utilizar la energía que se encuentra congestionada en la red por parte de los mineros Bitcoin, así como también de almacenarla permitiría según BCEIM:

(i) Mejorar la rentabilidad de los inversores y desarrolladores de proyectos solares y eólicos;
(ii) Permitir la construcción de proyectos solares y eólicos incluso antes de que se completen los largos estudios de interconexión a la red (ya que los mineros de Bitcoin pueden almacenar la energía hasta que la venta a la red sea posible); y
(iii) Utilizar el exceso de energía fácilmente disponible en la red para los cada vez más frecuentes eventos denominados «cisnes negros», como los días excesivamente calurosos o fríos en los que la demanda se dispara.

En última instancia, la minería de Bitcoin permitiría que energías renovables como la solar y eólica representen un mayor porcentaje de la energía total de la red sin que cambie el costo de la electricidad.

PERSPECTIVA FINAL. El debate energético y ambiental sobre la minería Bitcoin permite variadas posturas que en ocasiones resultan extremadamente diversas y no distinguen matices. Tanto aquellos activistas que incansablemente luchan por acercarse a las metas climáticas internacionalmente reconocidas, como aquellos que creen que la eficiencia energética debe buscarse de forma transversal en todas las industrias, no deben desinformar al público al momento de analizar las implicancias energéticas de Bitcoin, considerando los diversos tecnicismos que impiden comparar la tecnología asociada a Bitcoin y blockchain con otras industrias. Entender las implicancias de la minería Bitcoin y el sistema “proof of work” reconociendo la enorme cantidad de electricidad utilizada por el hardware de minería para adoptar medidas de mitigación es solo un primer paso para generar un debate consciente. A su vez, debemos fomentar la inversión en fuentes renovables, donde la minería Bitcoin se presenta como una alternativa eficiente que permite captar y almacenar energía al mismo tiempo que se superan las dificultades de intermitencias y congestión de redes asociadas a la energía eólica y solar. Calificar a Bitcoin como un negocio “sucio” sin realizar un análisis profundo del consumo energético ni reconocer la existencia de posturas relativas en cuanto a su funcionamiento y objetivos, conlleva a un debate irresponsable sobre una tecnología con potencial incalculable.

[1] https://www.sinpermiso.info/textos/la-irrupcion-de-las-criptomonedas-autonomia-monetaria-y-el-futuro-del-bitcoin-y-la-blockchain
[2] Bitcoin Magazine (10 de agosto 2020) What is Bitcoin Mining?
https://bitcoinmagazine.com/guides/bitcoin-mining (Traducción propia)
[3] Por diseño, la red Bitcoin busca mantener tiempos de bloque consistentes de 10 minutos. La dificultad de minado se ajusta programáticamente cada 2.016 bloques (aproximadamente cada dos semanas) para que sea lo más probable que un minero añada con éxito un bloque de transacciones a la cadena de bloques una vez cada 10 minutos.
[4] Carter, N. (5 de mayo, 2021) How Much Energy does Bitcoin Actually Consume? Harvard Business Review. https://hbr.org/2021/05/how-much-energy-does-bitcoin-actually-consume (Traducción propia)
[5] Ídem.
[6] Cambridge Bitcoin Electricity Consumption Index. https://ccaf.io/cbeci/index/comparisons
(Revisado el 31 de mayo de 2022 – Traducción propia)
[7] Square (21 de abril, 2021). Bitcoin is Key to an Abundant, Clean Energy Future
(https://squareup.com/us/en/press/bcei-white-paper).
[8] Un factor clave que hace que el consumo de energía de Bitcoin sea diferente al de la mayoría de las otras industrias es que Bitcoin puede ser minado en cualquier lugar. Casi toda la energía que se utiliza en el mundo debe producirse relativamente cerca de sus usuarios finales, pero Bitcoin no tiene esa limitación, lo que permite a los mineros utilizar fuentes de energía que son inaccesibles para la mayoría de las demás aplicaciones.